Comiat a Juan Tomás León Gámez
Compañero maestro:
Han pasado casi 29 años desde que empezaste las clases en el Col·legi Sant Miquel. Ha pasado mucho tiempo, y ha llegado el momento de decirte adiós. Y también de decirlo tú. Y lo podràs decir en la escuela que has ejercido durante más tiempo. Esta nuestra escuela de hoy tiene muchos recuerdos de otras épocas de lucha y esperanza.
El maestro ya ha acabado su tarea. No seremos nosotros quienes debamos medir ahora si esta labor ha sido provechosa. Siempre lo es para la pròpia persona, y si es así, se transmite.
Son muchos años los que hemos pasado juntos. En estos momentos eres aún el quinto en el escalofón de la antigüedad. (Joan Vilaseca, Gemma Blasco, Dionisio Guiadalajara, Francesc Xavier Flores). Cada época ha tenido su motivación. Has vivido, en el Col·legi, horas difíciles y horas fáciles. Como todos, o com casi todos. Todo pasa. Sólo quedaran el recuerdo y nosotros. El recuerdo de las horas agradables. Aparte de las actividades dentro del Col·legi, todos éramos mucho más jovenes, y al ser pocos y sin compromisos, solo tú estabas casado, organizábamos unes salidas dignes de rememorar. Después cada uno ha ido formando su pròpia família, y la distancia ha ido enfriando unes relaciones que muchas veces no hemos entendido. Quizás deberíamos tenir presente lo que dicen los ingleses sobre la importància de las formes : manners before morals (las maneres por encima de las costumbres).
Nosotros, como maestros, no podemos trabajar sin ilusión. Pequeñas coses, detalles nos ilusionan; pequeñas cosas, detalles nos desilusionan. Somos como ninos. Producto del mismo entorno, con las mismas contradiccions y controvèrsies, com la misma –muchas veces- manera de actuar que ellos. La cita del Evangelio: “Si no os hacéis como uno de ellos...” Si nosotros no nos hacemos como ellos, no procuramos acercarnos a ellos, no podremos comprenderlos ni hacerles entender el mensaje.
Ahora, ya acabado el curso, acabamos cansados. A lo largo del mismo –como en los anteriores- hemos vivido situacions diverses. Pero lo que quisiera recalcar es que pensemos en positivo. Somos un colectivo con muchas frustraciones, y muchas veces las situacions positivas y valorables las oscurecemos por hechos puntuales. Pequeñas situacions las magnificamos y no nos dejan ver la luz final. Y es aquí donde pedimos apoyo y ánimo.
Este acto de hoy tendría que servir para ver cómo ha estado, cómo es y que proyecto tenemos de cara al futuro immediato. La esculea ha pasado de ser -en pocos años- una pequeña familia a una familia numerosa, propensa a la dispersión. De eso sabes tú muy bien, Juan Tomás, pues a ti también te ha pasado. Pero no por hacerse mayores, no los continuas queriendo. Cada vez tenemos más la sensación que nos vamos separando, que no encontramos momentos y lugares idóneos para reunirnos.
Fíjate bien, Juan Tomás, con qué oportunidad ha llegado este acto. Nos lleva a reflexionar y, tal vez, a acercarnos un poco más los unos a los otros. Poder explicar a los demàs nuestras inquietudes, nuestros proyectos, nuestras realidades es abrirse y comunicarse. Un nexo de unión fundamental en toda relación humana.
Los que hemos vivido todos estos años en el Col·legi sant Miquel hemos compartido situacions diverses, però si no hay un aislamiento, por este camino se llega siempre a un reencuentro.
He leído:
“L’arbre de fortes arrels no compara la frescor de la seva ombra amb la dels altres, senzillament es manté ferm i segur.
Sap que sobreviure a les grans tempestes i romandre sempre al seu lloc és com fer realitat el compromís pel qual ha estat cridat.”
Nosotros no estamos en una escuela de las muchas que hay. Esta escuela tiene sus raíces en el pensamiento del fundador Josep Manyanet que sintió la llamada a dar una respuesta de acercamiento a los jóvenes, con toda su diversidad, para ayudarlos a encontrar su propio camino de crecimiento humano y espiritual. Y con este fín queremos trabajar en estrecha col·laboració con la comunidad religiosa.
Al llegar a este acto final para ti, Juan Tomás, la tendència habitual es hacer un repaso de los acontecimientos vividos conjuntamente. No es el momento, però quisiera hacer un llamamiento a la ilusión. Muchas veces tendemos a creer que los Buenos propósitos están condenados a quedarse solo en esto, buenos propósitos. No hay ninguna razón para que sea así. Todos tenemos al abasto –en cualquier momento- la posibilidad de modificar alguna cosa de nuestras actitudes y, me atrevería a decir que, todos tenemos alguna cosa que modificar siempre que tengamos la ilusión por esta vida de la enseñanza.
Juan Tomás, tú, a partir de ahora, formas parte de la historia del Col·legi Sant Miquel por los años que has estado impartiendo clases. Si tú los has afrontado hasta el final, este ejemplo tuyo nos debe animar a todos los aquí presentes a continuar esta sana lucha educativa.
Te mandant recuerdos Marta Soler i Vicenç Atanes.
Un abrazo y un recuerdo a la hora del adiós, en esta hora baja cuando
Del riu
la riba miro
amb rauxa
i seny per caminar
Afectuosamente